La capacidad auditiva es una pieza fundamental dentro del proceso de aprendizaje y desarrollo de las personas. Una afección a nivel de audición puede condicionar la capacidad de aprendizaje y desenvolvimiento social. En muchos casos, los problemas auditivos son congénitos y pueden ser detectados desde el nacimiento disminuyendo su avance.
Se puede presentar disminución auditiva en bebés que han tenido bajo peso al nacer, tienen antecedentes familiares de hipoacusia. También puede presentarse cuando han existido enfermedades durante el embarazo o complicaciones en el parto, así como el nacimiento prematuro.
Para estos casos, el Instituto Salvadoreño de Rehabilitación Integral, ISRI, cuenta con un centro especializado para realizar diferentes pruebas audiológicas, entre las que destaca el tamizaje auditivo en recién nacidos.
En el Centro de Audición y Lenguaje a diario se realiza el tamizaje auditivo a infantes desde los primeros días de nacidos, sin que esta prueba audiológica cause dolor durante su desarrollo.
Para lograr el mejor resultado durante la prueba, el niño debe estar completamente dormido, siendo esto un requisito indispensable para realizar el tamizaje auditivo.
El objetivo del tamizaje es la detección de afecciones congénitas y hereditarias en recién nacidos que de otro modo pueden parecer normales al nacer. De esta manera pueden ser tratados lo antes posible y prevenir o mejorar las consecuencias de una posible discapacidad auditiva.
Los especialistas del Centro de Audición y Lenguaje del ISRI advierte que el no realizar el tamizaje auditivo a un recién nacido con los factores antes mencionados puede ocasionar graves problemas en la destreza de comunicación en los infantes y en su desarrollo socioemocional.